Los productos horneados recién hechos son una delicia. Desafortunadamente, no se mantienen frescos por mucho tiempo. Si te has puesto a hornear y te ha sobrado algo, es posible conservar esa frescura durante meses congelándolos, pero el método que utilices será la clave de cuánto dure.
Envuelve panes enteros dos veces en una envoltura de plástico antes de sellarlos en una bolsa grande para congelar. Si deseas utilizar el pan para sándwiches y tostadas, asegúrate de cortarlo primero. De esa manera, podrás ir sacando sólo lo que necesites; el pan congelado restante se conservará hasta por tres meses. Descongela el pan a temperatura ambiente; reabsorberá la condensación que se forme dentro del envoltorio.
Un bagel fresco es algo hermoso, pero comprarlo al por mayor es una excelente oferta. Para preservar la frescura de los bagels (y ahorrar tiempo en las mañanas ajetreadas), córtalos por la mitad antes de congelarlos. Envuélvelos bien en una envoltura de plástico o guárdalos en una bolsa para sándwich con cierre (elimina la mayor cantidad de aire posible antes de sellar).
Coloca tus bagels envueltos en una bolsa para congelador más grande, etiquétela con la fecha y guárdelos en el congelador hasta por tres meses. No es necesario descongelarlos antes de tostarlos.
Para almacenar pan de plátano u otros panes rápidos como de calabaza o calabacín, envuelve bien el pan en varias capas de plástico y transfiérelo a una bolsa para congelador con cierre. Elimina la mayor cantidad de aire posible, sella bien y congela por hasta 2 meses.
Congela productos horneados de una sola porción, como muffins y bollos, usando el mismo método que usaría con los bagels. Envuélvelos individualmente en una envoltura de plástico o colócalos en bolsas para sándwiches con cierre. Coloca los artículos envueltos dentro de una bolsa grande para congelador para mantenerlos juntos durante el almacenamiento y congélalos por hasta 2 meses. Vuelve a calentar los muffins y bollos congelados en el horno o en la tostadora entre 150 y 165 grados C; no es necesario descongelarlos primero.
Los productos horneados suaves y blandos, como el pan de molde rebanado, los panecillos para hamburguesas y los panecillos para perritos calientes, son bastante duraderos. Durarán mucho más a temperatura ambiente que un pan crujiente estilo panadería, pero aún corres el riesgo de que las rebanadas se enmohezcan o se pongan rancias. Afortunadamente, estos artículos se congelan muy bien directamente en su empaque; solo asegúrate de que la bolsa esté bien cerrada. Para mayor protección, coloca el paquete en una bolsa para congelador con cierre y guárdalo hasta por tres meses. Descongelar en la mesa de la cocina.
Ya sea que estés horneando capas de pastel antes de una gran celebración o simplemente te quedan restos de pastel de cumpleaños, congelarlo es muy sencillo. Para capas de pastel o bizcochos sin ensamblar y sin decorar, como bizcochuelo, primero asegúrate de que estén completamente fríos. Envuelve bien cada artículo en varias capas de plástico, seguidas de una capa de papel de aluminio. Etiqueta y fecha para evitar confusiones más adelante, luego colócalo en bolsas individuales para congelar o en un recipiente apto para congelador. Se conservarán de uno a dos meses de esta manera.
Al congelarlos, coloca los pasteles en una superficie nivelada y despejada para que otros productos congelados no los aplasten. Descongela las capas durante aproximadamente una hora a temperatura ambiente antes de armar el pastel; en realidad, es más fácil trabajar con las capas ligeramente congeladas.
Las tartas decoradas, enteras y en rodajas, también se pueden congelar con éxito. Si tu pastel está glaseado, colóquelo en una bandeja para hornear, sin envolverlo, y colócalo en el congelador hasta que esté completamente congelado, al menos de 4 a 6 horas. Cuando esté completamente congelado, envuelve el bizcocho en una capa de film transparente y luego en una capa de papel de aluminio. Etiqueta y fecha. Para evitar daños durante el almacenamiento, recomendamos colocar el pastel envuelto dentro de un recipiente resistente apto para congelador para que no choque con otros productos congelados. Para descongelarlo, desenvuelve el pastel antes de dejarlo descongelar en el refrigerador.
Para las rebanadas de pastel, congélalas, sin envolver, en una bandeja para hornear. Envuélvelas individualmente con plástico y papel de aluminio y guárdalas en un recipiente apto para congelador.
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